Hibernar motor fueraborda


Si nuestro fueraborda va a estar durante un tiempo sin funcionar, es recomendable llevar a cabo las siguientes operaciones de mantenimiento:

 

Introducir la cola en un recipiente lo suficientemente grande con agua dulce, ponemos el motor en marcha para conseguir que circule agua dulce por todo el circuito de refrigeración y así lograremos una desalación de todo el circuito, bomba y termostato de temperatura. Elementos vitales para la salud de nuestro motor. Si no disponemos de este recipiente deberemos colocar las orejeras con una manguera de agua dulce, arrancando el motor durante varios minutos. Lo ideal es que el agua alcance una buena temperatura  (70º) para que la operación de desalación sea satisfactoria, esto se consigue usando un recipiente, ya que el agua se va calentando por la acción del motor, sino habrá que usar los disolventes de sal que existen en el mercado siguiendo las recomendaciones de las náuticas.Los motores de uso en lagos o lugares de agua dulce no necesitan lógicamente la operación anterior.

 

Inyectar por la aspiración del carburador aceite protector, esto se realiza con el motor en marcha con objeto de proteger la superficie de trabajo de pistones, cilindros, segmentos y cojinetes. A los pocos segundos de iniciar esta operación empezará a salir bastante humo por el escape, entonces será el momento en que hay que parar el motor.

 

Colocar el motor en un soporte de forma que quede en posición vertical, quitamos bujías con el fin de que el motor pueda girar libremente y lo haremos girar para vaciar totalmente el circuito de refrigeración.

 

Se procederá a vaciar la cubeta del carburador, normalmente hay un tornillo de vaciado en la parte inferior de la cubeta. Y haremos lo mismo con el filtro de gasolina.

 

Cambiar el aceite de cola, para lo cual quitaremos el tornillo que tiene de vaciado en la parte inferior y el de rebose en la parte superior, y se procederá a vaciar todo el aceite. Se rellenará de aceite siguiendo las instrucciones del fabricante.

 

Engrasar los mandos del cambio y del acelerador con grasa resistente al agua.

 

Lavar las partes exteriores del motor con un detergente no abrasivo, si es necesario repetir la operación varias veces.

 

Pulverizar con aceite la parte exterior del motor y taparlo con un trapo para evitar que se pegue el polvo.

 

Dejar el tanque de combustible lleno, sobre todo si es metálico, así evitaremos posibles oxidaciones.